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lunes, 26 de septiembre de 2011

Como caracoles dormidos sobre las ramas secas

Estos últimos días, he dejado de pensar. Sí, sabía que mi pensamiento loco, de imaginación desbordante y complejos supremos, era un veneno para mí. Hacía tiempo que lo sabía. Pero no conseguía pararlo. Ni yoga, ni meditación, ni sueño, ni drogas blandas, ni atracones de comida, ni literatura, ni cafés con los amigos, ni pintura relajante, ni sexo, ni biodanza, ni Pilates, nada, nada conseguía que pudiera dejar de pensar. 
Pero, de repente, inicié un trabajo agotador: 12 horas diarias por ochocientos euros al mes, trabajo físico además, nada de mover el cerebro, sino desencajar mis caderas, las rodillas, los brazos, todas las articulaciones, sudar de verdad, oler mal, estar fea, con el pelo recogido y las mejillas encendidas. 
Fue empezar y dejar de pensar. Instantáneo. Estoy más tranquila. Pero todavía me queda cerebro activo para saber que no pensar no significa que los problemas hayan desaparecido. Ahí, están, hibernando, calladitos, como caracoles dormidos sobre las ramas secas.

12 comentarios:

monica dijo...

Depende de lo que pienses es bueno o malo...

Téro dijo...

Te ahorras el gimnasio
Mantienes la linea y además te pagan...
Hay que ver el lado positivo! ;o)
Y lo de sudar y oler mal... Tengo entendido que en la edad media, los caballeros que volvían de guerrear, mandaban un emisario tres días antes de llegar a su castillo para avisar a su mujer que no se lavara hasta que llegase.
Igual es que el sudor de tres días pone!... ;o)
(no lo he probado)

besos

Sara O. Durán dijo...

Hola Ada, Problemas que se irán resolviendo con paciencia, perseverancia y sobre todo paciencia. La confianza antes que nada.
Al dejar de pensarlos, su tamaño disminuye.
Un abrazo muy de anís.

Anónimo dijo...

Fuera problemas. No pienses.

paissecret dijo...

El título del post me suena como una canción de Manolo García....

A veces me gustaria que me pasara lo mismo que a tí, pero cuanto más muevo el cuerpo y más cansada me siento , más pienso. En cambio hay un momento del día en que consigo el blanco total. Son sólo unos minutos: después de meterme en la cama mirando el techo. Casi diria que levito, es mi momento in albis. De momento me funciona!

Anónimo dijo...

Es cierto que mantenerte activo hace que esquives (temporalmente) los problemas y dejes de pensar, pero repito que es de manera temporal, ya que los problemas son como los iceberg, que cuesta verlos a simple vista, pero una vez te hundes ves ese enorme pico engullendo las profundidades de tu alma.

Me ha gustado mucho tu manera de expresarlo, un texto cálido y un título precioso (junto a la imagen).

Un abrazo, Ada.

Pitt Tristán dijo...

Me parece que cuanto mayor sea la calidad de tus amistades -en lo relativo a honradez, vida compartida, compasión y a mor a la vida-, más probable es que tu vida sea auténticamente libre.

Glo.Bos.blog dijo...

Los problemas no desaparecen porque no los mires. Pero mirándolos obsesivamente aun se agrandan más.

Ada dijo...

Monica, ¿y quién define si es bueno o malo? pensar demasiado, incluso en lo bueno, no creo que sea sano.

Tero, ¿no lo probaste en África?

Sara, Rombo, no sé si disminuyen pero se ven menos.

País, me encanta Manolo García, pero lo cierto es que el título me lo inspiró la foto.

Estoy de acuerdo contigo, Yo, y gracias por los elogios.

Pitt, completamente de acuerdo! Pero, ¿siempre se puede elegir todo?

Globos, así es, también yo lo creo así.

Anuar, bello y angustioso poema. Gracias!!

M dijo...

No me refería si era bueno para la mente, me referia si era bueno para el corazón...

el paseante dijo...

Para no pensar en mis problemas, me meto en otros más gordos. A mí me funciona. Y el trabajo físico es fantástico para que la mente descanse, especialmente si es al aire libre.

Ada dijo...

Ah, Monica, a veces resulta difícil saberlo.

Paseante, no sé si es peor el remedio que la enfermedad, la verdad...pero me suena, me suena...