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viernes, 5 de agosto de 2011

Ver

Mar calma de atardecer, ámbar en el cielo y risas en el agua. La niñez me muestra su trasero sin malicia, como una luna llena blanca y pura. La niñez chapotea en el agua y caza olas con sus ojos. Yo miro, plácida, con todos los sentidos. Los dedos ven la arena fina pisada por los hombres, picoteada por las gaviotas. Los oídos ven el ir y venir de las olas, el vientre del mar hirviendo. La nariz ve la sal y el alga. Los ojos ven la belleza en movimiento. El corazón ve las cosas que se mueven y las que quedan quietas, ve lo que hay y lo que no, ve dentro y fuera.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ADA,

Nunca dejes de ser niña, es decir, nunca pierdas a la niña que todas llevamos dentro...

El mar es una fuente inagotable de inspiración, pero lo es más cuando se conservan nítidos los recuerdos de infancia en la playa, en el mar, en donde construíamos castillos y sólo las olas se los podían llevar y no siempre.

Gracias por tu comentario en mi post de ayer. Estos días inmediatamente antes, como los después, al 4 de agosto, a mí me resultan muy tristes y se me hacen muy cuesta arriba, pero con vuestros comentarios, te aseguro, los llevo mejor. Gracias de corazón.

Petonets,

Ámber

. dijo...

el corazón ve todo, por eso sufre a veces :)

escribis tan hermoso, hacia dias q no venia, este domingo tuve que ser presidente de mesa en las elecciones primarias de Argentina, asi que toda la semana me la pasé estudiando un manual, para hacer las cosas bien!
ahora vengo y veo todo lo que has escrito asi q me siento con una taza de te, y comienzo a disfrutar
sigo leyendo... :)

besos!