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sábado, 13 de agosto de 2011

Pozos amarillos

Nadie me explicó nunca que había pozos que no estaban en el suelo, que eran agujeros amarillos que surgían del camino a la altura del pecho cuando menos lo esperabas y engullían en espiral. Caminabas tú con la mediana tranquilidad que puede dar la fugacidad de la vida, mirando pájaros y mariposas, anhelando horizontes lejanos, amando la tierra pisada también, y de repente, zas! pozo amarillo y caída vertiginosa con mareos y náuseas incluidas. Y encima no una caída clásica, es decir, hacia abajo, con la posibilidad de intentar agarrarte con las uñas a los bordes de tu agujero, sino una caída en paralelo al camino, como un tren sin paradas convirtiendo toda tu realidad en un paisaje borroso y tus lágrimas en esputos contra las ventanas. 
Me dices "tranquila, todavía no ha pasado nada..." y yo siento que ya ha pasado todo, que no dejo de caer en ese pozo amarillo que se me ha plantado hoy delante.

4 comentarios:

Barbarella dijo...

Descubrir tu blog, ha sido una sorpresa muy agradable...me gusta tu estilo.
Bueno me presento..
Hola Ada, Soy Barb.
nos vemos!.
B.

Anónimo dijo...

Siempre nos dejas con interesantes reflexiones, ADA, y eso me encanta. Me haces pensar, me haces ver la vida y el mundo desde otra óptica. Me gustan tu criterio y buen juicio, además de lo delicado que escribes.

Buenas noches y que tengas un estupendo domingo,

Ámber

Ada dijo...

Gracias, Barbarella y bienvenida.

Amber, y tú siempre me dejas bellas palabras. Muchas gracias...

. dijo...

qué imaginación...
y como dijo Amber, me dejas pensando, porque tantas veces se nos presentan a diario estos pozos de los cuales a veces, no sabemos bien si queremos salir...y ver la realidad