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martes, 16 de agosto de 2011

La fiesta

La plaza estaba cubierta por una cúpula de guirnaldas azules y blancas que crujían como olas de mar, a pesar que la costa estaba lejos. Nos habíamos aprovisionado los bolsillos con caramelos Sugus de todos los colores, incluso los azules que no nos gustaban a ninguno, caramelos de nata, Palotes, Zeta-petas, Chupa-chups de cola, nubes esponjosas, dentaduras de azúcar, besitos de gominola y un buen surtido de Tigretones y Panteras Rosa. Éramos cuatro y un perro: mi hermano mayor, con sus rizos dorados y su palote en la boca simulando fumar; Antonia, la rubia, con su cuerpecillo estirado de catorce años, la más mayor, la más perversa; Margarita, con sus gafas de culo de botella y sus dos colas largas, antipática y protectora a la vez; y yo, con mi timidez y mis ocho añitos a cuestas. El perro Boby que no era de nadie y era de todos, con su carácter plácido y sus ojitos de miel, nos seguía a todas partes con su patita encogida desde que le atropelló un cientoveintisiete puñetero de color naranja. 
Al fondo de la plaza, sobre una tarima de madera, sonaba en directo "Devuélveme a mi chica" de Hombres G, cantado por un grupo de cincuentones y una solista muy maquillada, más desgarbado que los propios. Nosotros comíamos y bailábamos. Mi hermano bailaba metiéndole mano a Antonia. Y yo, movía mis pies sin levantar la vista del suelo mientras se iban sucediendo las canciones: Paloma San Basilio, Olé Olé, Rocío Jurado, Duncan Dhu, Los Ronaldos, el Fary, Luz Casal...una mezcla para jóvenes y mayores...
En el otro lado de la plaza había refrescos y asaban sardinas. Los mayores estaban sentados en sillas de plástico blanco y alguno se había traído la mecedora de casa. Todos comíamos y bebíamos en platos y vasos de plástico y los niños gozábamos de tirarlos a la basura y coger otros, limpiarnos con servilletas de papel y coger otras, gozábamos con ese gesto de derroche, ahora tan común. 
Yo bebía Fanta-Naranja y las burbujas me picaban en la nariz y me hacían estornudar, más que los Zeta-petas. Llevaba un vestido de tirantes a cuadros pequeños azules y blancos, como las servilletas, y mientras todos reían yo daba vueltas sobre mi misma. Cuando logré alzar mi vista del suelo y centrarla en la esfera del cielo que se abría en medio de las guirnaldas sonaba "la Fotonovela" de Ivan, vueelaaa, y supe entonces lo que me esperaba.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Leyendo este post llego a la conclusión que tú y yo hemos de ser de la misma quinta... ¡Qué gracia todo lo que mencionas! A mí me encantaban los Hombres G, y sobre todo David Summers. Tenía todas sus canciones y sus LPs, me las sabía todas de memoria.

¡Jo, qué recuerdazos lo de las chuches! Y cuánto las echo de menos (sigo siendo muy golosa)... No creo ni que existan ya la mitad de las que mencionas.

Me ha REQUETE encantado esta entrada... Me he sentido tremendamente identificada, además de haberla descrito muy gráficamente.

Besitos de "Zeta-Petas",

Ámber

Sara O. Durán dijo...

Ada: Hiciste una entrada muy simpática, divertida.
Mejor que lo que te ha dicho Amber ya, imposible, lo ratifico.
Abracitos.

. dijo...

a mi SÍ me gustan los sugus azules!! los de ananá :)
del resto sólo conozco la pantera rosa, un par de cantantes, y la fanta naranja jajajaj
me encanta como el mundo está lleno de tantas cosas diferentes, y aunque no compartimos todo, siempre hay algo que todos hemos conocido en nuestras infancias, y ahi surge la sonrisa :)

he terminado señorita, me encantó pasear por este blog naranja tan especial

un abrazo y hasta mañana!
claudia

Anónimo dijo...

Eso es una fiesta, y lo demás son tonterias...

PS dijo...

Yo odiaba a los Hombres G ( Àmber ;-)!!!), apenas comía chuches y tampoco Ivan era de mi agrado porque me parecía melífluo y aceitosos. Pero sigo preguntándome donde habran ido las gaviotas de Duncan Dhu, me encanta Luz Casal y sigo sobrevolando fiestas de pueblo con el pensamiento.
Volar no es malo Ada, no todo el mundo tiene capacidad para alzar el vuelo.

Nuesa Literària dijo...

Los mejores recuerdos son los recuerdos de los tiempos vividos en el presente, que acostumbran a ser los de la infancia. Precioso blog! Las fotos hacen intuir una manera de mirar el paisaje y la vida especial e interesante.

Ada dijo...

Ámber, y eso que no he incluído los helados Drácula, ¿recuerdas?

Sara, tal vez para ti sea difícil identificarte con estos recuerdos, pero gracias por tu comentario.

Claudia, sí, eso es cierto, aunque seamos de países diferentes, de una manera u otra algo nos une.

Rombo :) una fiesta muy sencilla de barrio, pero los recuerdos de infancia siempre son especiales.

País, yo también odiaba a los Hombres G, pero Ivan me gustaba, en contra de todo pronóstico futuro (que siempre me han tirado más los morenos que los rubios)

Jeremías, gracias! también tus escritos me parecen muy intensos y reflexivos. Te voy leyendo...

Ada dijo...

Ah, Claudia, y muchas gracias por haberte leído todas las entradas pasadas!

Anónimo dijo...

¡Jo, los polos de "Drácula" ¡Qué ricos estaban! Hay veces que todavía sueño con ellos, ¡jajjaja!

¡Pssst, que yo también me he leído todas las entradas pasadas! ¡Jajajajaja! :D

monica dijo...

Un medio amor sin solución...

monica dijo...

Y ese polo de la marca Camy de hielo como un cohete de coca cola, limón y chocolate al final...