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martes, 17 de enero de 2012

Penetra

Era difícil de explicar y de entender. Se tenía que guardar un poco de infierno dentro para conseguirlo. Os lo voy a explicar directamente, sin rodeos, ni bellas metáforas que no pueda entender nadie: cuando él la penetraba mataba su orgullo. Sí, así de raro. ¿Quién piensa en orgullos cuando está fornicando? ¿Y quién puede pensar que algo tan profanador como una penetración pueda evitar el orgullo si más bien parece todo lo contrario? Ya os he dicho que es raro. Necesitaríamos un volumen igual como el de las páginas de todos los libros que contenía la Biblioteca de Alejandría, para explicar los antecedentes, las uniones y desuniones concretas que formaron el material de su cuerpo, su mente y su alma, para que sintiera así, pero lo cierto es que, resumiendo, cuando se dejaba penetrar por él, era el único momento en que dejaba de tener orgullo: nada le importaba, ni los motivos, ni los futuros, ni las intenciones; sólo sentía. Aquellas embestidas tremendas. Por delante. Por detrás. En su boca. Quién lo iba a decir! Ella, la reina de la razón, de la ética, de la medida, de la pureza, deseando ser sometida de aquella manera...
Sin embargo, la historia no termina aquí. Como ella, efectivamente, era una persona racional e íntegra y de corazón puro, aprendió a ser ella misma la que sometía su orgullo. Lo domó como un domador lo hace con su león en el circo. Le temía, sí, no subestimaba su fiereza, pero había logrado relacionarse con él con la disciplina adecuada como para mantenerlo a raya. Su látigo de luz era invencible. Ya no necesitaba someterse para vencerlo.
¿Pero qué pasaba con el penetrador? ¿había sido un simple instrumento? No. En realidad era una víctima también, víctima de su propio orgullo, el de él, llamemosle maldad. Él no supo trascender ese deseo por penetrar, él no supo aceptar sin miedo y humildad esa duda que creció en su corazón mientras creía manipularla y herirla, esa llama de luz que le hubiera inundado con un poco de esfuerzo, llamemosle amor.  Los dos eran iguales en realidad. Se encontraron porque tenían algo que aprender. Ella lo hizo. ¿Él? 

10 comentarios:

PS dijo...

Se´m fa difícil relligar l´acte amorós amb la submisió, amb la sublimació de l´orgull. Sóc incapaç d´entendre-ho així, em sembla més un donar-se, simplement, sense cap connotació dominadora o submisa.
Potser és que en el cas del relat no estem parlant d´amor sinó d´instint primari.

Tot i així m´agrada la força de l´escrit.

Fátima Rodríguez dijo...

Me parece raro como el ser humano en si. Desde un prisma hetrosexual y judeo-cristiano, lo puedo entender por toda la carga moral y los roles y practicas y juegos de poder.Pero desde otros lados lo veo igual. Conclusión: cuando sera el sexo una exploracion y cambio de energias calorificas y ya? He dado con lesbianas y bisex que son mas retrogradas que muchas heterosexuales. No entiendo nada de nada.El onanismo es la unica via porque a mi me ha pasado algo asi y se supone que cuando fornicas la penetración es solo la endecima parte de todo el proceso.He podido constatar con otras lesbianas que se han encontrado en situaciones parecidas y tampoco entienden que te sientas herida o no quieras ser penetrada...Es curioso, si. Yo personalmente me sentiria herida por lo importante: no me forniques bruto o asi no...te quedas con cara de poker y llegue hasta pensar que realmente tenia algun tipo de problema por querer penetrar (dar placer) a una jovena.

David Cotos dijo...

en la medida que amamos más y más nos conocemos mejor.

Sbm dijo...

Él aprendió que le gustaba más antes. Y cambiaría el antes por el ahora sin dudarlo.

Ada dijo...

País, efectivamente, es que el texto no habla de amor, habla de otra cosa, bastante fea a mi modo de sentir.

Fatima, yo sabía que este escrito sería difícil de entender. Lo siento, a veces escribo muy críptico. No sé si te he entendido bien, pero quiero aclarar que no pienso que la penetración sea algo negativo. Explico un cuento chino y unas emociones complicadas de dos seres humanos complicados, pero no estoy ni en contra ni a favor. Para mí, el sexo con amor es precioso y necesario, sea del signo que sea. Lo poco precioso son algunas complicaciones que algunas mentes humanas fabrican a su alrededor.

David, eso sí que es cierto.

Sbm, yo creo que él (aunque puedo equivocarme) es muy impulsivo y se queda siempre en la superficie y no entiende que nada es real. En este blog hay ejercicios literarios, maneras diferentes de provocar la reflexión. Algunas veces sí hay visos de realidad, puede que incluso sea así en este escrito concreto, pero escribir en primera persona no es garantía de subscribir lo que se dice. Cuentos chinos, my friend, cuentos chinos. Un abrazo.

Sbm dijo...

Pues yo creo que o bien hablamos en paralelo o bien no entiendo nada. De todas maneras no me he decantado ni por la realidad ni por la ficción, sólo por lo que he sentido.

Un abrazo para ti.

Ada dijo...

Sbm, creo que no te entendí, perdona, leí deprisa y ...entendí otra cosa. Olvida el comentario anterior. Beso.

Fátima Rodríguez dijo...

Si, es un cuento chino pero como decia algun comentarista, con el cual coincido: suponer o ponerse en el caso de que hay mujeres (y eso me espanta mas) que usan asi...y a mi me paso que si ya es complicado por ser lesbiana cuando lo logras y te encuentras con algo asi...esperemos que quede como ficcion, una mala ficcion que se olvida rapido como muchos libros.

Saludos

Anónimo dijo...

Te entiendo perfectamente Ada, solo alguien que ha vivido algo así puede entenderlo. Bien por dejar de someterte! una lástima él, un cobarde.

el paseante dijo...

Para follar así, mejor hacerlo con una muñeca inflable, que tiene el alma de aire. Te lo he explicado directamente, sin rodeos, ni bellas metáforas que no pueda entender nadie.