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lunes, 28 de noviembre de 2011

Recogepelotas



A Manolo nunca le había gustado el tenis pero desde que se había jubilado y había aparecido en escena el tenista Rafa Nadal, se había vuelto un gran aficionado. Se sentaba en su butacón de polipiel agrietada con una cerveza sin alcohol y unas aceitunitas rellenas de anchoas y se pasaba horas delante de la tele, mientras que María, su mujer, bordaba, tejía u hojeaba revistas de decoración. 
Sin embargo, Manolo no disfrutaba nada del tenis, de hecho no lo entendía: simplemente estaba totalmente hipnotizado por los/las recogepelotas.
Le fascinaba su posición de entrega, como guardianes romanos atentos a cualquier peligro. Los brazos hacia atrás, las piernas separadas, su arma siempre a punto: pelotas o toallas, su semblante serio y su servilismo. Si hubiera sido más joven también se fijaría en aquellas falditas cortas de algunas de ellas, pero ya no estaba para aquellas alegrías. Simplemente los observaba como si fueran animalillos de un documental, ara arriba, ahora abajo, ahora toalla, ahora pelota, ahora otra pelota y ni una sola sonrisa, no fueran a distraer a los tenistas.
- María -le preguntaba siempre a su mujer-,¿te gustaría ser recogepelotas?
- Manolo, no me toques las pelotas, anda...
Y así se zanjaba el diálogo, tan intrascendente como necesario en realidad. Como los recogepelotas.

8 comentarios:

Ana dijo...

Me encanta, la verdad es que a mi me pasa como a Manolo, me flipan un poco, que estén ahí agazapados, que pasen inadvertidos para todos y que al final curren un montón, y para colmo se lleven pelotazos. Manolo, qué grande eres y el vídeo me encantó la primera vez que lo vi y me ha vuelto a encantar ahora.

Un beso de esos de achuchón de abuela de ayyyyyyyyyyyyyyyyyy mi niña!!

Sara O. Durán dijo...

El aismo entre María y Manolo, que patético.
Excelente amiga, un beso enorme.

Sara O. Durán dijo...

abismo.

Anónimo dijo...

Jo tía, me has dado ganas de ser recogepelotas...
Y es cierto eso...Los jubilados que antes no disfrutaban del tenis, ahora lo hacen. Conozco varios casos.
Beso.

rayajo dijo...

A mí también me fascinan algunos recogepelotas

Pitt Tristán dijo...

Hay recogepelota y tocapelotas. Y no son excluyentes.

Ada dijo...

Ana, me gustan estos achuchones :) gracias, corazón.

Sara, abismos cotidianos...:)

Rombo, ¿te gustaría? A mi me producen sentimientos encontrados: me repele su servilismo pero me admira su entrega.

Rayado, esa recogepelotas tiene su gracia. Bienvenido!

Pitt, cierto! :)

el paseante dijo...

Los monaguillos tampoco se ríen en misa. No entiendo tu sorpresa :-)