Me compré un poncho de segunda mano por 50 céntimos. No sé quien lo llevó antes y esa incerteza, que antes me hubiera frenado, ahora me gusta. Lo lavé bien, por supuesto, y ya se ha convertido en mío. Tiene un color verde que jamás llevaría por la calle, pero va de perlas con el color de mi hogar interior, no sé si me explico, esos verdes urgentes, que te envuelven en musgo, que te llaman a tener esperanza y combinan perfectamente con el blanco roto que todavía conservo, con el gris perla que sube por los rincones, con el rojo explosivo que se me cuela desde el alma a la primera de cambio.
Mi poncho verde tiene agujeros, no de viejo, sino de esencia, es decir, está hecho así, para que corra el aire un poco, siempre es necesario, o para que se vea lo de abajo, más que vea, vislumbre o adivine.
Después de saludar a mi PaCo (desde hoy ese será el nombre de mi PC) con una ligera caricia de mi dedo corazón en el suyo, que hace que se encienda y me dé la bienvenida con una musiquita alegre, lo primero que hago es ponerme mi poncho. Hoy sigue lloviendo y yo me he sentado, envuelta en verde, junto a la ventana de la terraza a ver caer esas lágrimas que esta mañana son tenues, pequeños hilillos apenas mojados, minúsculos agujeros en el aire, como los de mi poncho verde. Escribiré un poco y luego haré esas cosas cotidianas que no me permitan llevar el poncho: diversas limpiezas, diversos recados. Y por la tarde, cuando de nuevo mi hogar ahora vacío, me acoja, mi PaCo, mi poncho y yo volveremos a asomarnos a la ventana.
15 comentarios:
Hi ha objectes que prenen vida pròpia i són tan generosos que són capaços de regalar-te-la, el teu ponxo, el teu PaCo, els teus escrits...Des d´aquest matí que l´he vist m´està enamorant el teu ponxo. Vigila que no li piqui l´ullet. Jo me´l posaraia fins i tot per anar a ballar. Te l´imagines amb un vestit negre, sobri i elegant que fa mesos que està guardat a l´armari? El ponxo el tornaria a la vida ;-)
La cotidianidad me habla, me hace escritor...
Me gusta esta entrada.
Estas letras tienen alas...
País, cuando quieras te lo presto, no soy posesiva :)
Anuar, lo cotidiano suele ser lo más extraordinario. Gracias...
Mónica, eso es bueno, ¿no?
Si van más rápidas...
uooo 50 cnt, comprame algo!!
Me encantan los ponchos son tan calentitos... y sabes qué? si además de poncho tienes una mesa con brasero... cuenta conmigo para sentarme a leer a Paco a tu vera.
Me encantan tus descripciones, me hiciste reír con la anterior entrada y ésta es más hogareña, pero tengo que decirte que lo que no ha tenido desperdicio, y ha ancheado la parte de abajo de mi cara es el segundo comentario de Mónica, jajajajaja
Ups! anchear=ensanchar. En mi tierra vulgarmente se dice así.
Lapsus!
Seguramente es más feliz contigo que con su anterior propietaria. Lo bañas, hablas de él... Sólo falta que te atrevas a sacarlo a pasear por la calle.
Mónica, ¿más rápidas que qué?
Ana, pues que no te hacía yo de esas costumbres tan tranquilas, fíjate...
Sbm, pues ahora que no nos oye...explícame a qué venía, anda...poncho-alas rápidas...me pierdo un poco...:)
Paseante, ahí ya no creo, veremos, veremos....
Mucho me ha gustado este texto. Muchísimo diría yo, y quizás la mejor Ada (escritora) hasta ahora (para mi)... Pensamientos perfectos... "lo lavé, y ahora ya es mio..." Me encanta.
Beso.
Romboooooo, cada vez me dices lo mismo, cada vez es el mejor texto, me estoy ruborizando, de verdad...Besos
Tu poncho verde, tu amigo PaCo, tus seguidores de blog...
Estas bien acompañada en estos día de lluvia :-)
Sí, gracias a todos, Fra!
los altos vuelos nunca van despacio como puede ir por ejemplo una hormiga, o un caracol o una bici
Publicar un comentario