Emborráchame, anda, que tu embriaguez no sea de leyenda, que tu pulpa amarilla y granulada estalle en mi boca en una borrachera de otoño delirante, que tu rojo -como un talismán oriental- me alumbre entre el verde mohoso del bosque susurrante, que tu licor me enseñe hadas o criaturas imposibles, que tu aroma casi imperceptible me haga bailar bien sobre las hojas secas como si el trino de los pájaros fuera música de violonchelo, como si el animal arrastrándose y el insecto escapando, fueran timbales.
Emborráchame, anda, hazme olvidar un ratito.
6 comentarios:
Muy bonito y original.
Las borracheras de licor son las peores (dicen), pero si captas todo lo que escribes, bienvenida sea alguna de vez en cuando. Yo también la necesitaría.
Muy bonito.
Precioso, perfecto, preciso post... Bravo Ada.
Prefieres el violonchelo?
Anda que si viene el oso y te pilla en ese estado...
The breakfast lover, gracias! pero tu blog sí que es especial. Demasiado para los golosos como yo :)
Sbm, afortunadamente no necesito alcohol para ser creativa. Yo cuando bebo sólo río o lloro o duermo. Para escribir, mejor, sobria.
Rombo, gracias...
Mónica, violonchelo forever!
Paseante, por mi tierra no hay osos ni zorros ni lobos.
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