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miércoles, 11 de enero de 2012

Tu nombre es un ser vivo*



"Hay lecturas que requieren de un escenario especial -dijo al público que lo escuchaba-, yo jamás podría leer un poemario tan excelente como éste sentado en la taza de un inodoro, recostado en el sofá de casa mientras la televisión parlotea o en el andén de una estación mientras espero el tren. Este libro requiere de alfombras y cojines, de te caliente y luz tenue, de fruta fresca y dátiles con miel. Pide música de cuerda y tarde lluviosa. Pide nostalgia ..." 
El que así hablaba era un conocido escritor muy aficionado al mundo árabe y a los soliloquios -aunque estuviera rodeado de oyentes-, así como a la invención de nuevas palabras como "poetívoro" o "poestanasia", grandilocuente, apasionado, extravagante, sensible y muy ciclotímico. 
Se refería al poemario en prosa libre "El teu nom és un ésser viu", de Josep Manel Vidal, un modesto y excelente escritor valenciano, especialista en inventariar emociones.
Escuché atentamente cómo se presentaba el libro, escuché algunos fragmentos leídos con emotividad por una actriz de voz quebrada y, al final, en el turno de preguntas, exploté y hablé:
"Me gustaría decir -empecé tímidamente- que a mi este poemario me parece muy especial, pero no por extraordinario, sino precisamente por cotidiano. Leí en la taza del vàter -confesé ruborizada-, también en el sofá y en la estación de tren, incluso leí mientras mi madre me hablaba por teléfono, y al hacerlo tenía la sensación de estar paseando por un bosque en otoño y que cada poema, era una hoja a mis pies, algo pequeño, cotidiano, pero bellísimo. Yo no sé si estos poemas requieren de un lugar especial para ser leídos, pero llegan incluso si los lees en el baño. De repente, una escena tan común como el trayecto a pie hasta la estación de tren y todo lo que se ve en él, o el registro de un documento oficial, se poetizan de manera suprema; otras, es la pasión, el amor, la impotencia, el deseo, el miedo, todas esas grandes, universales y eternas emociones, pero también trasladadas a aquello más cotidiano - no puc espolsar, distretament, les molles de pa de la teva falda (no puedo limpiar, distraídamente, las migas de pan de tu falda"-; otras, es un sólo verso el que toma presencia de imagen -hi ha records que em pugen pel clatell amb la lleugera agilitat dels insectes (hay recuerdos que me suben por la nuca con la ligera agilidad de los insectos), y siempre imágenes cercanas. No creo que sea necesario maquillar y vestir este libro con palabras grandilocuentes. Se basta por si sólo para brillar".
La gente empezó a murmurar, el escritor presentador-poetívoro se revolvía en su silla, el autor me miraba sonriente con un gesto de complicidad fraternal. Eso me animó y continué:
"Por favor, déjenme leerles el poema que, para mí, lo resume todo. Déjenme leerlo mientras a unos les pica la nariz, otros se sienten incómodos en estas sillas de plástico, otros no entiendan nada, algunos escriban un sms a alguien, muchos otros están expectantes, déjenme leerlo y entenderán mejor lo que digo..."
El organizador del evento me hizo subir a la tarima. Las piernas me temblaban porque soy tímida. Sin embargo, la empresa requería de mi valentía:
"Inventari...inventario -empecé-...el somriure de gairell de la lluna, blanc i lluminós. La redonesa polida de les columnes de la barana del terrat. El gesmirel descarat fent rierols de verd sobre el mur escrotonat per la pluja. La besada incorpòria del vent sobre la meva pell mullada. La flaire de la llima acabada de tallar. El so intermitent del rellotge de la cuina, com una ungla impertinent sobre la fusta d'una taula. El pessic de safrà escampat pel marbre fosc del taulell...- y así continué, enumerando bellezas cotidianas -(...), l'agredolça evidència (la agridulce evidencia) de saber que vius (de saber que vives) escampada en detalls (esparcida en detalles) per l'univers que travesse (por el universo que atravieso).
Me pareció ver una lágrima en los ojos del escritor, una lágrima pequeña y cotidiana. Pero no recuerdo nada más. Porque me desmayé.

*Con todo mi cariño, que el autor me perdone el atrevimiento. Los acontecimientos son inventados, los poemas y las emociones, verdaderos y mi recomendación, sincera.

10 comentarios:

M dijo...

Nos dejas diciéndonos a medias las cosas...

Anónimo dijo...

El que més m'ha agradat del teu post, és la naturalesa i naturalitat tant del que vas "recrear" a la teva ment, com la naturalitat amb la que parles de coses tan maques com és llegir poesia i de la bona, i no importa a on o com...

¿Te apetece un chai a la menta? A mí sí, brindo a tu salud (mi té de ahora, mismo y por la hora que ya es de la noche, es uno japonés... uno que llaman té de tres años, y que apenas contiene teína. Le he añadido hierbabuena de mi jardincito.

¡Precioso post, porque preciosos son tus sentimientos!

el paseante dijo...

No m'agrada la poesia. Normalment la trobo jeroglífica i pedant (una amiga meva em va explicar que la poesia és com el jazz, que només s'ho passen bé els músics, sense pensar en el públic). Però crec que aquest llibre del Josep Manel Vidal m'agradaria. Espero que l'autor llegeixi aquest post. Si fos ell, et mataria a petons.

josepmanel dijo...

Ho he fet i ho he pensat, paseante...

Ada dijo...

Mónica, claro...¿así no te despierta más el interés? Es bien sabido que es más atrayente la semidesnudez que el desnudo integral :)

Ámber, no quería hacer la típica reseña o crítica. Venga ese te, uy, no, que llego tarde a las clases...

Paseante, ¿cómo puedes decir que no te gusta la poesía si es lo que haces continuamente cada vez que escribes algo?

Josep Manel, poeta de lo cotidiano, gracias...:)

M dijo...

Si si tu sigue con tus secretitos...

PS dijo...

Ada, al Paseante no te´l creguis quan diu que no li agrada la poesia ;-)
A tu et diria que en un principi he pensat com era possible que pugessis dalt de la tarima per llegir un poema . Que et desmaiessis , ja m´ho he cregut més. Les tímides montem numerets dels bons quan alguna cosa o algú ens toca la fibra ;-)

I al poeta, felicitats, aquest tast magnífic m´ha obert la gana.

Ada dijo...

Monica :)

País, ¿verdad? eso de que pueda coger un micro es un cuento chino, chino :)

Humberto Dib dijo...

Excelente manera de mezclar la realidad con la ficción, eso sí que me gusta...
Un beso.
HD

Josep Manel Vidal dijo...

No sé per què no vaig fer cap comentari en el seu moment. O potser sí ho sé. La reserva de la timidesa. Perquè certament, aquesta entrada em va semblar francament preciosa. I em va deixar més voluntat de contemplació que de reacció en forma de paraules. I malgrat que fou un exercici de ficció, trobe que, d'haver esdevingut real, hagués ocorregut tal i com ho contes. Hui he decidit tornar a compartir-la, de nou, al facebook. Moltes gràcies per les teues paraules, Ada.