En el horizonte, mástiles, mar y cielo rojo,
los fuegos artificiales anunciando la llegada de Sus Majestades los tres Reyes Magos,
que venían por mar y continuaban en descapotable
y mi cámara, empeñada en fotografiar sólo al Rey Melchor,
tal vez porque él me meció muchas veces en sus brazos, porque alimentó mi ilusión por la fantasía, porque vigiló mi crecimiento, porque me fastidió a menudo, porque me quiso y le quise...
porque le quiero...
Nunca pensé estar emparentada con la Realeza.
Pero, ya lo sabéis, hoy es una noche mágica.
7 comentarios:
Qué chulada! nunca he visto llegar a los reyes en barca.
Si un día veo una cana en tu chaqueta ya sabré con quien has estado :-) Que tinguis regals bonics.
Mónica, yo nunca los había visto en descapotable y menos en estas circunstancias económicas...en fin...
Paseante, je, je :)
Ahir el cel i sol es van posar d´acord per rebre´ls amb aquesta posta en escena tan espaterrant. En veure-la -des d´un altre angle- vaig pensar-ho.
Jo també era de Rei Blanc ;-)
:) País, ¿seguro que no somos gemelas y nos separaron en la historia esta del robo de niños? :)
Chica, que linda noche de magia.
Hermano y sobrino, Sara...:)
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