Para verlos pequeños, en su justa medida. A los hombres y a las mujeres. Verles moverse como hormigas ordenadas y educadas, alborotadas otras veces, construyendo y destruyendo, aprendiendo y desaprendiendo, inventando y repitiendo, amando y odiando, riendo y llorando. En su pequeñez y su grandeza.
3 comentarios:
Don Vito, gracias por su visita...
Me has recordado la escena de la noria vienesa en la película "El tercer hombre".
Muy buena recomendación.
Besitos.
Publicar un comentario