Aquel parecía ser el momento más importante de su vida aunque en ese instante no fuera consciente. Todo a su alrededor se ralentizó, y la propia escena pasó a desarrollarse en cámara lenta o, al menos, así lo recordaba ahora: podía ver el techo blanco infestado de mosquitos, podía escuchar las gaviotas graznar mientras les observaban en el alfeizar de la ventana, espectantes y agoreras, superponiéndose a los acordes de Vinicius cantando a la tristeza. Podía sentir el sabor salado de sus lágrimas mientras el amor jugaba por primera vez a convertirse en planeta por el que orbitar.
Sí, ese fue el momento más importante de su vida, el momento en que le conoció. También lo fueron, meses atrás, los días en que pensaba morir, enferma en esa cama de hospital, aséptica y calurosa. Pero éste lo era más porque era la respuesta a sus súplicas internas, a sus ganas de continuar viva, de nacer por fin. Y porque iba a ser el catalizador de una verdadera transformación interna, un peregrinar durante años intentando ser mejor persona. Y siempre gracias a él. Y a su propia voluntad, claro.
Así lo recordaba ahora, después de cenar, sentados los dos en el sofá, abrazados, con nueve velas encendidas en el salón y la lámpara apagada, mirándose la punta de las zapatillas de estar por casa en sus pies entrelazados.
- ¿Dónde quieres que viajemos en Semana Santa?
- No tenemos dinero.
- Veremos...tú dime dónde...
Pensó durante unos instantes. Había tantos lugares para visitar...
- El otro día vi un reportaje sobre Croacia y me sorprendió gratamente
Él arrugó la nariz.
- Pero tú sabes que siempre he querido conocer Italia, La Toscana principalmente. Oye, ¿recogemos?
Habían cenado espléndidamente. Aquella noche era una celebración. Sólo se veían unos días al mes, durísimo y bello al mismo tiempo.
Habían picado en el primer plato, un festival de pequeños platos: escalivada, queso, hummus, pepino con aceite y eneldo, tomate con albahaca, tortilla de patatas. El pastel de carne del segundo plato con su guarnición de manzana al horno y/o mermelada de tomate, terminó sobrando porque no estaban acostumbrados a cenar tan fuerte y porque no podía dejar de tomarse el postre, esa tarta helada de chocolate con chocolate caliente por encima. Había sido una cena espectacular, poca cantidad, pero exquisitos sabores. Ahora bebían vodka.
- ¿O recogemos mañana?
- Mañana trabajo...ah, me encanta mi trabajo, pero a veces pienso que sería feliz sin trabajar si no me faltara el dinero, sólo escribiendo, ¿te imaginas?
- Pero entonces te faltaría material para escribir –dijo él.
- Cierto, sin vida es difícil poder recrear otras vidas. ¿Oye, tú te acuerdas cuándo reíste la última vez?
Soltó una sonora carcajada, forzada e histriónica:
- ¿Bromeas?
Él reía a menudo, casi tanto como respiraba. ¿Pero, y ella? Tuvo que esforzarse por recordar...una risa verdadera, sana, masajeante, vitalizante, ¿cuándo? Y con esa pregunta en la cabeza, ligeramente mareada por el vodka, empezaron a recoger la mesa, como la pareja feliz y tranquila que habían sido antaño, antes de la catástrofe
*Este cuento chino (o no) es para *L*, en agradecimiento a su regalo
16 comentarios:
El clima d´aquest sopar és envejable, el més idoni per a què aquesta parella torni a somriure a l´uníson i amb força.
(Entre Croàcia, illes i costa de dalt a baix i la Toscana és difícil la tria... em quedo amb totes dues, encara que si per Setmana Santa et ve de gust un bany primerenc prefereixo sense dubtar una platja croata.)
Interesante historia, tan real y cotidiana, en la gran mayoría de las relaciones, que se “esfuerzan en recordar” el porqué siguen unidos en realidad, y aunque “empiecen a recoger la mesa”, esos restos del naufragio, no les impedirá hundirse con el tiempo en la oscuridad del océano. A bracear a la superficie…a la luz...
Un bello relato, con la agilidad de los diálogos, natural y sugerente.
Un abrazo.
País, yo diría que esta pareja va hacia ese camino, pero nunca se sabe qué te depara el destino...
Mikael, ¿tú crees que estos momentos son forzados? yo no...pienso que es un recordatorio sano y necesario, como cuando tienes días tristes y necesitas recordar la suerte que tienes por estar vivo. Travesías felices o naufragios, quién sabe, a veces no depende de nosotros...
Pitt, me gusta que te guste :)
Yo creo que la mayor parte de las travesías al final siempre resultan forzadas, y se permanece a bordo por una serie de impedimentos que anclan a motivos que no son los emocionales, y se utiliza un autoengaño o distorsión de la realidad, para motivar a seguir navegando aunque sea a la frustración, encallando en el vacío. Y recordar erróneamente que se ha tenido suerte en la singladura. Sí estoy de acuerdo contigo, hay demasiados factores que pueden contribuir al fracaso, demasiados…y no son los climáticos.
Qué visión más triste, Mikael, de las cosas. Hay muchos factores que pueden contribuir al fracaso, pero ahí estamos nosotros, seres humanos con fuerza (y luz) para superarlos. Según tu visión de las cosas, vivir en si mismo sería un fracaso, pues también nos conduce a la muerte, no?
¿Por qué debe ser triste mi visión, por ser realista, por hacer caso a las estadísticas? La mayoría de los seres humanos carecen de fuerza en sus baterías para dar la suficiente luz, y con ello equivocar su trayectoria. Vivir conduce inevitablemente a la muerte.
Muy feliz se sentirá "L" de recibir un regalo tan bien narrado.
Besos.
Sinfonía de color y textos espléndidos. Por cierto, ¿Han florecido las mimosas?
Besos
Piedra
Me ha encantado y:
"- Cierto, sin vida es difícil poder recrear otras vidas. ¿Oye, tú te acuerdas cuándo reíste la última vez?"
¡Qué inspirado! Gracias.
Bueno, si tener pareja significa compartir escalivada, queso, hummus, pepino con aceite y eneldo, tomate con albahaca, tortilla de patatas... el lunes me apunto a una agencia matrimonial. ¿Todavía existen?
Mikael, que morimos es una realidad pero no tiene porque ser un fracaso; que las parejas se separan también, pero no todas. Sigo pensando que tenemos mucha luz, aunque de un tiempo a esta parte me resulte muy difícil encontrarla.
Sara, gracias, por ahora no ha dicho nada, pero espero que le llegue a gustar...
Miguel, puedes creerte que no lo sé. Ya deberían, ¿verdad? esa foto no es de este año. Yo antes tenía una mimosa, pero se la regalé a mi padre y hace tiempo que no visito su campo. Son unos árboles preciosos que me traen muchos recuerdos.
Dotdos, me cuesta acordarme, de ahí la pregunta porque sonreír, sonrío mucho, pero reír a carcajadas, eso lo estoy perdiendo lamentablemente...
Paseante, esa es la parte buena...:)
Bonic conte, Ada. Encertadíssim i al gra, com no podia ser d'una altra manera sortint de la teva pròpia mà (no t'ho he dit mai, però et llegeixo des que vas obrir el bloc). Per a mi es queda en això, en conte xinès. Fa temps que no hi ha amor en la meva vida. De vegades ni tinc vida més enllà de la que em donen els meus fills. Riure, sí riu. Més en la virtualitat que en el realitat, tot s'ha de dir.
No sé si és del tot cert que si es manca d'alguna cosa no sigui possible escriure sobre això. La imaginació és poderosa. Tu ho demostres amb cadascuna de les teves entrades. Una altra cosa és la intensitat de l'escrit. Per exemple, si es va a parlar d'amor únicament recorrent dels records, potser el resultat no serà tan "bo" com si fos escrit en ple èxtasi amorós (no sé si m'explico). Jo ara mateix estic intentant esbrinar si sóc capaç o no d'escriure sobre amor. Abans em funcionava inventar un amor platònic i deixar que la meva ment maquinàra històries no succeïdes si més no. Ara noto que cada vegada estic més rovellada. Ja es veurà si ho acabo aconseguint o no.
Moltíssimes gràcies per aquest regal. És un honor que em dediquis una entrada tan bonica. La música que has triat m'encanta. Has esmentat a Vinicius. Curiosament li vaig descobrir gairebé alhora que escoltava sense parar al meu estimadíssim Michael Nyman i altres compositors de música new age.
Petons, Ada, i mil somriures (virtuals com a mínim)
:)
Ah, sí!!! No te he dicho que a veces me da por escribir en catalán. ^_^
L, si tienes hijos a tu alrededor, seguro que no te falta AMOR. Un abrazo y gracias!
Catalán?, ningún problema, a mí antes también ;)
Hi ha molts tipus d'amor, estimada Ada. Jo parlava del de parella. El dels meus fills el tinc des de sempre, i de manera incondicional i gratuïta! L'altre és nociu (sota el meu punt de vista, és clar) i fins i tot perillós de vegades. El següent vídeo que posi al meu altre blog (aquest que a qui no dono publicitat cap i que NO m'agradaria veure enllaçat) versarà sobre això que et dic. Espero que no t'espanti la temàtica d'aquest bloc, que no és bitàcola. Només bloc.
Petó enorme i de nou gràcies. Escrius de meravella. Tinc predilecció per alguns blocaires per com s'expressen i la imaginació que tenen; tu ets una d'ells.
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